lunes, marzo 26, 2012

Extraterrestre

Extraterrestre arroja luz alienígena sobre esas zonas omitidas, pasadas por alto en el proceso del galanteo y la relación sentimental. Despertarse en una cama ajena junto a una desconocida aquí no tiene nada de triunfal y sí mucho de una incomodidad casi irresoluble, tróspida quizá. Enamorarse desde ese punto de partida no es accidental —o no es sólo eso—, sino que contiene una épica emocional que se fundamenta en la extrañeza, en la torpeza implícita en todo flirteo y seducción que lleva —o no— a la deseada culminación. En su segunda película, Nacho Vigalondo sitúa la habitual fuente de otredad —la invasión extraterrestre, la nave que asoma entre los edificios de Madrid— al fondo, para subrayar en primer plano la reconocible pero apenas reconocida, el inexplicable encantamiento que produce el rostro de esa otra persona en la pantalla de un televisor —Michelle Jenner, o la belleza de ese OVNI durmiente—, el desconcierto de ese sentimiento cotidiano que nace en condiciones apocalípticas, como aquel que naturalmente despertaba en la pareja protagonista de Monsters (Gareth Edwards, 2010) cuando los monstruos tomaban el paisaje.
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En la imagen: Fotograma de Extraterrestre, película distribuida en España por Vértigo Films © 2011 Arsénico Producciones, Sayaka Producciones y Apache Entertainment. Todos los derechos reservados.

miércoles, marzo 07, 2012

Chronicle


La frustración y la ira adolescente, las pulsiones del bien y del mal como bombas de relojería a detonar en un enfrentamiento apocalíptico, fueron los pilares de la obra maestra de Katsuhiro Ôtomo basada en su propio manga, Akira (1988). El monumental, rabioso anime se estableció entonces como piedra de toque para aquellas ficciones que aspiraban a entender el turbulento proceso interior que conducía a sus personajes a decantarse por un lado u otro del equilibrio universal. La reflexión, habitualmente pasada por alto o minimizada en la tradición superheroica, se convirtió asimismo en el corpus de El protegido (M. Night Shyamalan, 2000), título imprescindible en torno a la formación —y fragilidad— de esa mitología heredada del cómic que se hacía explícita en el personaje de Samuel L. Jackson. Chronicle, sorprendente debut de Josh Trank en alianza con el guionista Max Landis, se encuentra en el punto equidistante entre la obra de Ôtomo y la de Shyamalan, referentes incrustados en el grano de un hiperrealismo que viene a continuar esa urgencia del registro que invocaran [Rec] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007), Monstruoso (Matt Reeves, 2008) y la ya lejana y seminal The Blair Witch project (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999).
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En la imagen: Cartel promocional de Chronicle, película distribuida en España por Hispano Foxfilm © 2012 Adam Schroerder Productions y Davis Entertainment. Todos los derechos reservados.