lunes, octubre 25, 2010

Déjame entrar (2008) y Déjame entrar (Let me in) (2010)

En su magnífico artículo Horror will eat itself, Kim Newman sometía a análisis la evolución de un género que en los últimos tiempos se perpetúa a través de secuelas y remakes, perdiendo en ese proceso el sentido básico que debería acompañar a cada una de las muestras del mismo: el significado (...) El mérito del filme de Tomas Alfredson reside en una historia anclada ineludiblemente a un contexto (aislamiento y gelidez social en la Suecia de los 80) y a las necesidades sentimentales de sus dos protagonistas. Aquí, la soledad y los miedos de una infancia tortuosa (y torturada) son las fuentes de un terror tan inspirado como el que proponía Robert Mulligan en El otro, al tiempo que en el emotivo relato de amistad entre Oskar (Kåre Hedebrant) y Eli resuenan ecos de un referente tan delicioso como los libros de El pequeño vampiro, de Angela Sommer-Bodenburg.

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Lejos de indagar en los rincones perdidos del texto de Lindqvist, el director de Monstruoso (2008) ofrece una reedición de Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008) cuyos principales aportes pasan por un mayor efectismo gore y alguna gota de virtuosismo —el plano-secuencia del accidente de coche—. Se podría argumentar que Matt Reeves ha intentado con cierto ahínco un ensayo sobre la monstruosidad, su gestación y sus negociaciones con la infancia, pero también que ese ensayo se ve dinamitado por una visible torpeza del diálogo y del discurso —la conversación telefónica en la que Owen (Kodi Smit-McPhee) le pregunta a su padre si existe el mal—, y una poco profunda búsqueda de metáforas —las máscaras como ocultación del lado oscuro, del monstruo incipiente—. Déjame entrar (Let me in) es, en fin, un solvente remake del filme escandinavo que no consigue perfeccionar la poesía del horror de aquel, y que se conforma con apuntar a la enfermiza perversidad de la novela original.
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En las imágenes: Fotograma de Déjame entrar – Copyright © 2008 Bavaria Film International y EFTI Film. Distribuida en España por Karma Films. Todos los derechos reservados. De Déjame entrar (Let me in) – Copyright © 2010 Hammer y EFTI. Distribuida en España por Aurum. Todos los derechos reservados.

jueves, octubre 21, 2010

Stone

John Curran traza intersecciones de la culpa y la religión en una cinta cuyo principal atractivo reside en esa debacle, en comprobar cómo la resistencia del personaje de Robert De Niro a dichas tendencias se viene abajo tras años de lacerante encierro matrimonial. Esa es la sorpresa de esta película: como thriller psicológico, propone pasajes de hábil enfrentamiento dialéctico entre un Edward Norton que corrige y aumenta un papel anterior —el que le descubría como actor en la aparatosa Las dos caras de la verdad—, y un De Niro que vuelve a desmentirse como gloria en declive —véase la progresión entre Todos están bien, Machete y esta, títulos menores pero con papeles muy lejos de confirmar un apocamiento del actor—; sin embargo, es en su atronadora imperfección como cuento moral donde Stone se hace interesante, insólita entre el riesgo de una obra personalísima —el plano final, con el smash cut como aplastante negación de la catarsis— y el conformismo para con ciertos lugares comunes del género.
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En la imagen: Fotograma de Stone – Copyright © 2010 Mimran Schur Pictures y Holly Wiersma Productions, Millennium Films. Distribuida en España por Filmax. Todos los derechos reservados.

miércoles, octubre 13, 2010

La red social

David Fincher y Aaron Sorkin, apasionados narradores de la expansión del fenómeno, no ignoran sus connotaciones y/o contribuciones a un mundo donde la prostitución y/o disolución de la identidad no está tan lejos. La red social es una película brillante porque, partiendo de una premisa similar a la de Piratas de Silicon Valley (Martyn Burke, 1999), se aleja de la mera exposición y mitificación de los hechos para profundizar en el intercambio de emociones que gestaron el invento que más influencia haya tenido sobre estas. El filme de Fincher habla de amistad, traición, desolación y alienación. Sólo algunos de los sentimientos que se exponencian de forma vertiginosa gracias a Facebook. Y su reflexión sobre la traducción de la vida social en Internet es redonda, intachable en su cierre: cuantos más amigos tienes agregados en tu perfil, menos conoces; cuantos más, mayor tu popularidad; cuantos más, más deseas que una, esa única persona, acepte tu petición de amistad.
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En la imagen: Cartel promocional de “La red social” © 2010 Columbia Pictures, Relativity Media, Michael De Luca Productions, Scott Rudin Productions y Trigger Street Productions. Fotos por Merrick Morton. Distribuida en España por Sony Pictures Releasing de España. Todos los derechos reservados.

viernes, octubre 01, 2010

El gran Vázquez

Vázquez no sólo era vástago de su contexto y hecho a las necesidades de este, sino creador que lo trascendía al tiempo que se constituía valioso perpetuador de la picaresca española: así hablaba su autobiográfico El tío Vázquez, de forma directa y canalla; pero también lo habían avisado las arquetípicas y entrañables solteronas Las hermanas Gilda, o esa racial gamberrada que era La familia Churumbel. En definitiva, el dibujante describía en sus hilarantes términos la España del sablazo, bingo y burdel, la reprimida de los adúlteros y felicidad sin vergüenza pasada por el filtro de los Peláez. Y Óscar Aibar  dibuja, con dosis infinitas de encanto, un reconocimiento a esa España y a ese autor fundamental en su acotación. Lo cual no deja de tener, a su manera, mucho de justicia poética.

En la imagen: Fotograma de El gran Vázquez – Copyright © 2010 Distinto Films, Tornasol Films y Castafiore Films. Distribuida en España por Alta Classics. Todos los derechos reservados.